Carta al amigo Pedro de Noviembre de 2006

Cartagena de Indias (Colombia), Noviembre de 2006

Querido amigo Pedro:


Recibe un fraternal saludo, ¿cómo estás? ¿Qué nos cuentas de tu vida? Nosotros te contamos que dos días después de la conmemoración del Día internacional contra la violencia hacia la mujer, los integrantes del colectivo de hombres jóvenes “Pelaos” que anima la asociación Funsarep en Cartagena, nos hemos puesto a reflexionar en torno a nuestro papel como hombres frente al derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencias. Pedro ¿No te parece interesante lo que hemos iniciado? Lo hemos hecho a partir del acercamiento a la Campaña del Lazo Blanco, la iniciativa más importante del mundo para reunir a los hombres con el propósito de acabar con la violencia de los hombres a las mujeres. Seguro que algo de esta campaña debes conocer en tu queridísima tierra.


Muchos de los pelaos hemos venido participando en los distintos eventos que han venido organizando las mujeres de Funsarep y de otras organizaciones de la ciudad en torno al 25 de noviembre, Día internacional contra la violencia hacia la mujer, fecha escogida por las militantes a favor del derecho de la mujer y por las Naciones Unidas para conmemorar el brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo. Hemos estado cercanos y colaborando, desde el componente comunicativo, en la Campaña “Por el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias” impulsada por el Proyecto de Mujeres y Ciudadanía de Funsarep, cuando estuviste por Cartagena has debido ver algunos afiches, plegables y videos que ayudamos a producir. Hemos venido participando y colaborando en iniciativas impulsadas por las mujeres para liberarse de las violencias que las hieren y hasta matan, pero solo hasta ahora nos hemos preguntado seriamente sobre lo que podemos hacer como hombres para liberar a las mujeres y a nosotros mismos de este tipo de prácticas.


Para responder a esta pregunta hemos decidido buscar en Internet, leer y reflexionar sobre la Campaña del Lazo Blanco para contar con mayores conocimientos e incluso pensar nuestra articulación o no a esta iniciativa que tiene su origen en Canadá. En dicho país, el 6 de diciembre de 1989 fueron asesinadas 14 adolescentes por el solo hecho de cursar una carrera destinada a hombres. Según lo hallado en la Web, el asesino, al grito de "feministas", se introdujo en la facultad y las mató. A partir de esa fecha un grupo de varones pensaron que tenían la responsabilidad de implicarse e implicar a otros hombres en hacer algo para que cosas así no sucedieran más, y lo primero era dejar de permanecer en silencio. En 1991 se inauguró la primera campaña del lazo blanco, símbolo de la paz, coincidiendo con la semana del 6 de diciembre. La campaña se ha seguido realizando todos los años en esa semana, también alrededor de otras fechas, tales como el día del padre, el día de la mujer o el día contra la violencia contra las mujeres.


Nosotros también queremos meternos y meter a otros hombres en este cuento para que hechos como el de 1960 en República Dominicana y el de 1989 en Canadá no vuelvan a ocurrir, pero sobre todo para que hoy las mujeres de Colombia y Cartagena no sigan siendo víctimas de la violencia que se ensaña contra ellas y para que los hombres no sigamos siendo victimarios de las mujeres, en fin para que mujeres y hombres estemos libres de la violencia de género.


Nosotros también queremos romper el silencio y hacer algo a favor de este propósito de poner fin a la violencia masculina contra las mujeres. Decir que así como no estamos de acuerdo con que las diferencias entre mujeres y hombres se conviertan en desigualdades y en la superioridad de un género sobre el otro, tampoco estamos de acuerdo con la violencia en sí misma, mucho menos como forma de dominación de los hombres sobre las mujeres. Porque, amigo Pedro, eso es la violencia contra las mujeres, un arma del sistema patriarcal y machista para mantenerlas en un estado de inferioridad con respecto a nosotros los hombres. Es intentar hacer con los golpes y las humillaciones lo que no se ha podido hacer completamente con los conceptos y las ideas: dominar y controlar a las mujeres. Golpearlas, si es caso hasta matarlas, para que no trabajen, no ganen plata, se ocupen en la casa, no estudien, no aprendan, no salgan de la casa, cuiden la casa y los hijos, estén en la casa, no se relacionen con otros hombres, no las vean otros hombres, seamos nosotros los únicos hombres, no se superen, no se liberen, sean esclavas de los hombres.


Tenemos que decir esto y mucho más. Señalar amigo Pedro que con la violencia contra las mujeres se busca fundamentalmente violentar sus cuerpos para controlarlos, dominarlos y abusarlos. Declarar que todo esto es más grave que otro tipo de violencias y conflictos que acontecen en nuestro mundo, país y ciudad porque se viene dando en el tiempo por los siglos de los siglos (no se te ocurra decir amén), porque diariamente mueren miles de mujeres sicológica y físicamente, porque se da en los espacios públicos y privados, porque utiliza diversas armas y porque es una violencia que se ejerce generalmente por parte de la mitad del mundo contra la otra mitad. Dicha gravedad debiera servirnos para movilizarnos a todas y todos, para día a día enfrentarla individual y colectivamente a todos los niveles, para que no sigan cayendo más mujeres víctimas de esta guerra de los sexos o de los géneros que supera en víctimas y destrozos a las dos guerras mundiales. Precisamente con la Campaña del Lazo Blanco se busca la movilización y el rompimiento del silencio masculino sobre el tema, y que los varones nos pronunciemos públicamente en el rechazo a la violencia.


Tenemos que expresar que el sistema patriarcal y machista no solo afecta a las mujeres sino también a los hombres porque el modelo hegemónico impuesto de masculinidad y feminidad no nos hace libres a unas y otros y por el contrario nos hace presos de él y de sus formas de violencia para mantenerlo. Los hombres somos prisioneros del modelo de masculinidad centrado en ser heterosexuales, activos, fuertes, dominantes, abusivos, proveedores, perros, homofóbicos, reproductores, guerreros, valientes, calculadores, musculosos, poderosos, sementales, machos, etc. Pero fundamentalmente somos prisioneros de la idea y práctica de que para ser hombres se necesita controlar, dominar o violentar a las mujeres.


Comentar que el sistema patriarcal y machista no solo tiene sus formas de violencia para hacer valer su modelo de hombres y mujeres sino que él mismo es violento, no permite la representación de otros papeles y cuando esto sucede emerge la violencia como forma o arma restauradora de las cosas. Permanente y violentamente los hombres tenemos que representar estos roles y velar que las mujeres representen bien los suyos y si no lo hacemos surgen nuevas formas de violencia más violentas contra unas y otros, llevando la peor parte las unas.


Los hombres diariamente tenemos que estar demostrando que somos hombres y que los demás hombres también lo sean y no nos dejen mal. Las mujeres son mujeres y punto y aparte. Los hombres tenemos que trabajar todo el día para mantener la casa y mantenernos lo más alejado de ella. Por eso duramos menos años de vida los hombres y nos perdemos bellos momentos de estar en familia y en el hogar, dulce hogar. Las mujeres tienen que estar en la casa y cuando salen a trabajar tienen que mantener el trabajo y la casa lo que no es considerado como trabajo. Y para rematar le pagan mucho menos de lo que le pagarían a un hombre por el mismo oficio.


Los hombres para demostrar que somos hombres, además de estar solo con mujeres, tenemos que tener muchas mujeres. Ellas para ser tal tienen que estar con un hombre y tener un solo hombre, nada de estar con otra mujer ni estar con más de un man. ¡Qué chévere gritarían de labios para afuera los hombres machistas y hasta los que no lo son o no han vivido esta situación! Quienes les ha tocado esta suerte, que es mala, debieran escribir sobre lo duro de mantener y calentar dos o más fogones, de querer a dos o más mujeres, de no dar ni material ni sentimentalmente lo que debieran dar a las esposas y a los hijos cuando los hay, de estar permanentemente mintiendo cuando les preguntan dónde estaban y con quiénes estaban, de poner a pelear a las mujeres cuando el problema no son ellas sino ellos, de dividirse, multiplicarse y restarse como verdaderos hombres, pero nunca realmente sumarse a los momentos familiares más profundos. ¿Cómo hacerlo si toca estar aquí y allá, adentro y afuera, si no se tiene el don de la ubicuidad? El daño que causa esta situación violenta en las mujeres y en los hijos está sobre escrita, lo que falta por escribir son las consecuencias del machismo en los propios hombres. Esto nos corresponde hacerlo a nosotros mismos.


Para demostrar que no somos maricas, con el perdón de los maricas, los hombres tenemos permanentemente que estar peleando contra otros hombres por plata, por territorios o por mujeres. Somos los que hacemos la guerra y mayoritariamente morimos en ella. Somos los que engrosamos los ejércitos regulares, irregulares y las pandillas. Las mujeres son botín de guerra, las violadas, ultrajadas y desplazadas.


Para demostrar que somos hombres y no mujeres tenemos que ser y hablar duro, hablar como hombres, de manera fuerte y ruda sin dejar escapar palabras, ni tonos suaves, delicados o expresar nuestros sentimientos. No tenemos que creer en la palabra y en sus capacidades de resolución, tratamiento o transformación de los conflictos. ¿Para qué hablar si las cosas se pueden resolver (más bien empeorar) peleando? No creemos tanto ni le sacamos el suficiente jugo a las funciones expresivas y de encuentro de los lenguajes, de vaina usamos su función informativa y para algunas cosas: “Te informo que hoy no hay plata para la comida”, “Esto es lo único que tengo”, “Hoy no vengo a la casa”, “Antes de que alguien te lo diga, te lo digo yo, otra vez me echaron del trabajo”. Lo que hace que nos perdamos la oportunidad de comunicar y desarrollar toda nuestra capacidad de personas afectivas, de hombres sentipensantes con un corazón más grande que una pepa de aguacate.


A los hombres para ser hombres se nos enseña que tenemos que controlar, dominar y tomar el cuerpo de las mujeres, su sexualidad y su sexo. Se nos educa como sujetos activos mientras que a las mujeres como sujetos pasivos, objetos sexuales o como cuerpos del deseo de los hombres. Y por ello nos creemos con todo el derecho de tomarlas y vaciarnos en ellas las veces que queramos aunque ellas no quieran.


Amigo Pedro, creemos que tenemos también que atrevernos a apuntar que cuando se recurre a la violencia física es porque previamente hay una subversión a este orden de cosas que no se han podido controlar por otras vías e incluso por otras formas de violencia como la simbólica y sicológica. Cuando un hombre arremete violentamente contra una mujer, muchas veces con la aceptación social, lo hace porque esta se ha salido de estos cánones impuestos culturalmente sobre cómo deben ser las mujeres y a su vez porque perturba el orden de cosas sobre lo que se espera de los hombres. Por ejemplo: El hombre pega o mata a la mujer porque ella es cachona, cuando la mujer debe ser fiel, y porque cae su reputación en el barrio con el cuento de que su mujer se la hace o hacía, cuando lo bien visto es que la mujer sea solo para él aunque este sea para muchas mujeres, o sea cachón. Para algunos hombres pesan tantos estos cánones que no solo violentan a las mujeres sino también a ellos mismos suicidándose. Amigo Pedro, con la infidelidad femenina muere el modelo hegemónico de hembras y machos, así como las mujeres y hasta los hombres. Con la infidelidad masculina y la fidelidad femenina se mantiene el modelo y la vida de unas y otros. ¡Qué vaina jodida para mujeres y hombres!


Y como si fuera poco, amigo Pedro, tenemos el deber de decir que hoy en día hay mucha más violencia contra las mujeres porque hoy en día ellas están cada vez más, individual y colectivamente, subvirtiendo el orden establecido, poniéndolo en crisis, y a los hombres que están casados con el modelo hegemónico patriarcal y machista, esto les molesta. Como también les incomoda que otros hombres subviertan este orden de cosas y por eso los agreden, por odio.


Los hombres somos presos y nos afecta el sistema patriarcal y machista y la violencia contra las mujeres como forma de dominar y controlar a la fuerza a estas. El hombre que violenta a la mujer por ser mujer es presa del miedo, está lleno de temor, teme que la mujer esté al mismo nivel o superior a él, a que ella encuentre alguien mejor que él, alguien que la escuche, la colme, la quiera más que él, la trate mejor que él, se acueste con ella, le haga el amor, le haga el amor mejor que él. Los hombres que pegan a las mujeres desconfían de ellas, pero especialmente de ellos mismos, de lo que son, de lo que hacen y tienen, de lo que han conseguido en la vida, de lo que la vida les ha deparado. Los hombres que maltratan a las mujeres no son felices ni hacen felices a estas, ¿qué hombre puede ser feliz o hacer feliz a una mujer si está lleno de miedos, temores, desconfianzas y permanentemente rompe su propia autoestima y la de ella?


Pero la violencia contra las mujeres también afecta a los hombres que no las violentan. Como lo que prima entre cielo y tierra es la vieja idea que para ser hombres se necesita controlar o dominar a las mujeres, estos extraterrestres que no tocan a una mujer ni con el pétalo de una flor, son vistos como maricas, pendejos. Pendejos los hombres que hacen todo lo posible para que las mujeres no se superen cuando lo que este mundo necesita es la superación de ambos para sacarlo del abismo en que está cayendo. ¿Gracias a quién? A nosotros los hombres.


Amigo Pedro, si nosotros que queremos ser otro tipo de hombres, no decimos esto y mucho más, entonces somos parte del problema y no de la solución. Porque un hombre que guarda silencio ante la violencia contra las mujeres es parte del problema, mucho más si es un silencio masculino que es cómplice, tolera o justifica esta violencia.


Nada justifica golpear, agredir, acosar, traicionar, maltratar o matar a una mujer. No hay razón o razones para violentarla. No justifica la violencia contra las mujeres que ellas salgan a educarse y trabajar, que sean o se pongan bonitas, que les exijan a los hombres la plata que estos irresponsablemente no han dejado o aportado para la comida, que no quieran tener sexo, que ya no los quieran, que ya no quieran vivir con ellos, que bailen con otros hombres, que les gusten otros hombres o mujeres, que quieran vivir con estos otros hombres o mujeres que realmente las hacen sentir mujeres. Si las mujeres usaran estas mismas razones para violentar a los hombres y tuvieran la misma fuerza, poder y respaldo social con que cuentan los hombres para agredirlas, estarían aniquilados, fueran los machos una especie en vía de extinción porque lo que hacen y dejan de hacer las 24 horas del día daría pie para que ellas acabaran con ellos.


La única razón, o sinrazón, que justifica la violencia contra las mujeres es la que tiene el sistema patriarcal y los hombres machistas de controlar y dominar a la fuerza a las mujeres precisamente por ser mujeres y considerar que se les hace bien maltratarlas. Pero esta no es una razón válida para las mujeres y para muchos hombres, solo lo es para un significativo grupo de hombres irracionales que habitan la faz de la tierra como bestias y animales, con el perdón de estos. El sistema patriarcal y los hombres machistas están mandados a recoger.


Como nada justifica la violencia contra las mujeres, no se puede tolerar ni podemos quedarnos callados, hay que denunciar y desafiar a otros hombres a examinar sus actitudes hacia las mujeres, cantarles la cartilla sobre el daño que se le hace a las mujeres y a los mismos hombres con la reproducción del sistema patriarcal y sus armas de doble filo. Cantarle la cartilla o compartirles esta carta que con mucho gusto te estamos mandando.


La solución a la violencia contra las mujeres no es solo un problema de las mujeres o de los hombres que las violentan, también lo es de los otros hombres que en apariencia no violentamos a las mujeres. Sí lo hacemos porque esta se expresa de muchas maneras y la mayoría de las veces sutilmente, pero sobre todo porque no somos capaces de interpelar a aquellos que violentan a las mujeres en el espacio privado, pero también en el público.


Amigo Pedro, pero ¿cómo hacer como hombres para solucionar la violencia contra las mujeres?: Liberándonos del sistema patriarcal y machista y de su modelo hegemónico que define el ser hombres y mujeres. Permitiéndonos y permitiéndoles a las mujeres experimentar libremente diversas formas de masculinidad y feminidad respectivamente. Permitiéndonos y permitiéndoles encontrarnos y desencontrarnos en este proceso de construcción diverso. Trabajando y educándonos en condiciones de igualdad mujeres y hombres, aprendiendo y ganando por igual, amándonos hasta donde el amor dure y no sea la muerte o la plata la que nos separe. Reconociéndonos, reconociéndoles, respetándonos y respetándoles lo que queramos los hombres y quieran las mujeres ser, hacer, saber, saber hacer, tener, estar, pero sobre todo poder. Que nosotros y ellas podamos desarrollar la misma carga de fuerzas, capacidades y potencias para alcanzar lo que queremos en el mundo y de paso salvar este.


No es natural que los hombres y las mujeres seamos como somos, mucho menos es natural la violencia y la violencia contra las mujeres por parte de los hombres. Tanto las unas como los otros somos producto de un largo proceso de construcción social y cultural que ha moldeado y definido lo que se debe esperar de cada quien. Amigo Pedro esta última idea conlleva una mala y una buena noticia: La mala es que este proceso ha sido largo, sistemático y sistémico, es decir, ha corrido mucha agua debajo del puente de la historia en lo que se refiere a la idea de superioridad y dominación de los hombres sobre las mujeres y esta ideología está inserta en diversos niveles, elementos y estructuras de la vida social, política, económica, cultural, comunicativa, ecológica, etc. La buena nueva es que como proceso de construcción que es, puede ser de-construido, revertido. Podemos y debemos de-construirnos y construirnos como hombres libres, amorosos, felices, en relaciones de equidad e igualdad con las mujeres.


Amigo Pedro, los integrantes del colectivo de hombres jóvenes “Pelaos” estamos pensando llevar el lazo blanco que significaría nuestro compromiso personal y colectivo de no cometer, permitir, ni silenciar la violencia contra las mujeres y con él compartir todas estas ideas que te mandamos en estas líneas. Lo llevaremos precisamente cuando todos y cada uno de los pelaos tengamos completamente masticados y digeridos estos pensamientos que con mucho cariño te compartimos en el día de hoy porque solo así el lazo lucirá espléndidamente en nuestros suéteres masculinos. No siendo más y esperando noticias tuya, se despide de ti,


Fraternalmente


Colectivo de hombres jóvenes “Pelaos”

Carta al amigo Pedro de marzo de 2006


Cartagena, Marzo de 2006

Amigo Pedro:


Recibe un caluroso saludo desde Cartagena, la ciudad Heroica, de parte de estos jóvenes heroicos que hacemos parte del Colectivo de hombres jóvenes de reflexión y acción juvenil en perspectiva de género, tremendo nombre para un grupo que hasta hace muy poco apenas lo integrábamos entre 7 y 9 pelaos (Amigo Pedro, recuerda que en nuestra ciudad a los muchachos nos dicen pelaos, será porque no tenemos dinero, estamos mondaos, no tenemos dónde caernos muertos, tenemos los bolsillos limpios).


Estamos muy contentos por volvernos a comunicar contigo y porque quienes te escribimos esta carta somos muchos más que la última vez. Precisamente de la vinculación de nuevos jóvenes al Colectivo es de lo que te queremos hablar en esta ocasión. Todavía nuestro espacio no tiene nombre, pero sí tiene, desde hoy, nuevos integrantes. Ahora somos más o menos 16 las personas que hacemos parte de esta película.


Los jóvenes nuevos tienen algo en común y es que han sido o son bibliotecarios de la biblioteca comunitaria Juventud por la Vida de Funsarep, la misma biblioteca que algunos de nosotros fundamos y donde trabajamos hace ya bastante tiempo, pero que nunca hemos olvidado y dejado de apoyar. Sí, la misma biblioteca donde tú atendiste algunos días cuando estuviste por estas tierras el año pasado. Todavía te recordamos rodeado de niños y niñas halándote por la camiseta para que les ayudaras con las tareas del día.


Este año decidimos convocar creativamente a nuevos jóvenes para que participaran en el Colectivo. No es que nos sintiéramos mal porque los integrantes éramos menos que las palabras de nuestro nombre provisional, sino porque somos unos convencidos de que la reflexión sobre la manera como los jóvenes nos estamos y queremos construir como hombres debe ampliarse a otros pelaos que como nosotros tienen tan poco y necesitan tanto en sus bolsillos y equipajes en cuanto a la construcción de nuevas relaciones entre los géneros.


Además, la esquina donde cada lunes nos encontramos es bastante grande para albergar a tan solo 7 muchachos dispuestos a hablar de sí mismos y Funsarep tiene bastante sillas de maderas iguales a las que utilizamos en el Colectivo para ofrecer a nuevos jóvenes. Cuando una esquina o las sillas no nos den basto para hacer crecer el grupo, cogeremos las otras tres esquinas y todo el juego de comedor.


Mientras los hombres del Colectivo nos rompíamos la cabeza sobre la manera creativa de convocar a nuevos participantes, Yenifer, amiga del Colectivo de mujeres jóvenes “El beso de los senderos nuevos” (ellas sí tienen nombre desde el principio) y co-responsable de la biblioteca “Juventud por la Vida”, se nos adelantó e invitó de boca a sus compañeros de labores.


Si la vinculación de los jóvenes bibliotecarios hubiese dependido del medio creativo, pero demorado, que los hombres jóvenes estábamos preparando, amigo Pedro, esta carta no la estuvieras leyendo esta noche sino cuando Fernando Alonso nuevamente gane la Fórmula 1 con su coche.


¡Que efectiva fue la con-boca-toria de nuestra amiga y compañera de camino Yenifer! Así como hay un enfoque profeminista en este cuento de la construcción de nuevas masculinidades que es tan variado, también hay dentro de la perspectiva feminista uno a favor de la arquitectura de hombres nuevos creadores de una nueva historia en las relaciones entre los géneros sin dominaciones, y Yenifer lo desarrolló al animar a todo su equipo de bibliotecarios a hacer parte de nuestro Colectivo. Un día antes de la celebración del día internacional de la mujer, esta mujer joven comprometida y casada con la causa feminista, nos regaló a nosotros la oportunidad de encontrarnos con nuevos caminantes en este camino largo de transformación. Todos los jóvenes invitados por Yenifer participaron en la reunión de hoy. ¡Y de qué manera!


En parejas o tripletas, pero nunca solos, fueron llegando a Funsarep y medio saludando a los que nos encontrábamos en la biblioteca esperándolos. Como era de esperarse, llegaron llenos de expectativas y timidez, pero esta última sensación no fue impedimento para que algunos de ellos rompieran el silencio y expresaran que ojalá la reunión no se hiciera en la biblioteca, en el mismo sitio donde ellos permanecen la mayor parte del tiempo en Funsarep. No lo dijeron directamente a los más viejos del Colectivo sino a Yenifer quien nos acompañaba a la espera de sus compañeras del “Beso de los senderos nuevos” o quizás para comprobar la efectividad de su invitación. Ella nos compartió la preocupación que también pasó a ser suya y tocó recordarle que nuestros encuentros desde hace rato no los hacemos encerrados en salones sino en la esquina donde normalmente nos encontramos los jóvenes a hablar y vacilar.


Luego de cargar cada quien su silla y la de sobra que siempre dejamos para quien pase y quiera sentarse en ella, pensamos que lo mejor que podíamos hacer aquella noche era conocernos. Sí, que cada quien se presentara a partir de una pregunta bastante sencilla que todos a diario nos hacemos y contestamos: ¿Quiénes éramos cada uno de aquellos hombres jóvenes sentados en la intemperie del universo barrial de esa esquina? Que cada quien se tomara un par de minutos para pensar y luego empezara a hablar sobre sí mismo. Amigo Pedro, por qué tomarse tanto tiempo para pensar una pregunta tan fácil, pensamos, dijimos y decidimos. ¿Piensas igual que nosotros que este es un interrogante sencillo de responder? ¿Te has hecho esta pregunta y la has respondido alguna vez? Tienes 2 minutos para hacerlo si no lo has hecho todavía.


Los dos minutos pasaron a ser cuatro, cuatro y cuatro ocho, ocho y ocho dieciséis, y si la noche no fuera tan larga y peligrosa la hubiésemos cogido toda ella para solo pensar esa sencilla, pero esquiva pregunta que nos daba vueltas y vueltas y no le hallábamos respuestas o por lo menos no sabíamos cómo responderla en voz alta y delante de los amigos con quienes estamos pasando nuestra juventud.


Toda la noche tampoco hubiese sido suficiente para responder a una pregunta que en 17 o 24 años de vida por primera vez la mayoría se hacía o le hacían. De hecho esta es una de las grandes preguntas que cada noche de encuentro del Colectivo nos venimos haciendo y respondiendo.


Por esto decidimos no seguirnos rompiendo el coco intentando responder cada uno quién es desde sí mismo, por lo menos no aquella noche o la primera noche de la mayoría de los participantes.


Amigo Pedro, pero había que hacer algo para entrar a conocernos y decidimos seguir insistiendo en la pregunta, pero haciéndole un cambio en la forma de pensarla y responderla. Que ya no la pensáramos y respondiéramos cada quien en relación consigo mismo sino en relación a los demás. ¿Quiénes son esos hombres jóvenes que tenemos de compañeros o amigos con los cuales hemos compartido barrios, estudios, trabajos, equipos deportivos, amigos o incluso hasta novia? La mayoría de las veces es más fácil hablar de los demás que de nosotros mismos. Esta vez no fue la excepción.


No habían pasado dos segundos de hacer la nueva propuesta y ya habíamos empezado a medio conocernos a partir de lo que los demás decían sobre nosotros. Fue así como empezamos a reconocer nuestros nombres y partes de nuestras historias como hombres jóvenes, en bocas y palabras de lo que los demás saben de nosotros.


Reconocer los nombres y apartes de las vidas de Jesús, Alexander García y Michael de los labios y perspectiva de José. Saber que los tres tienen muchas capacidades, pero que son muy modestos y que todos tienen hermanas, son bajitos y tienen entre 18 y 19 años. Enterarnos que José los conoció cuando perdió por segunda vez el noveno grado y fue a parar al colegio Liceo de Bolívar donde tuvo que buscar un nuevo tipo de compañía y se encontró con ellos.


Henry nos presentó a Jorge. De este nos dijo que estudia cuarto semestre de Química en la Universidad de Cartagena, tiene 2 hermanas, vive en el barrio Pedro A. Salazar, tiene 18 años, se graduó en el colegio José de la Vega, es una persona hiperactiva y muy inteligente para algunas cosas. Se nos olvidó preguntarle a Henry y al propio Jorge en qué cosas es muy inteligente y en qué otras no lo es tanto. Ya habrá tiempo para hacerlo en otras reuniones o en otros momentos.


Michael contó de Yair que es una persona descomplicada e inteligente. Le gusta la jodedera y caminar bastante. Vive en el barrio 7 de agosto, tiene 17 años y no es tan hablón. Amigo Pedro no te preocupes por buscar en el diccionario de castellano palabras como jodedera o hablón porque no las vas a encontrar, tendrías que buscarlas en un diccionario de costeñol. Michael también contó que conoce a Yair más o menos desde hace dos años, pero que no lo había vuelto a ver sino hasta ahora cuando reinició el trabajo de la biblioteca.


Como José no quiso presentar a solo uno de sus compañeros sino a tres, se quedó corto en la mayor descripción de ellos, por eso Marvin se atrevió a compartir más datos de Michael, a riesgo de equivocarse en algunas cosas, pero como que no lo hizo porque éste no le corrigió nada. De hecho nadie corrigió nada de lo dicho por los demás, excepto cosas de número con respecto a las edades y a la cantidad de hermanos, pero no de hermanas porque en relación con estas las cifras siempre fueron precisas, ¡cosas de hombres!


O nos conocemos mucho o fuimos muy diplomáticos con lo que dijimos de los demás y escuchamos de nosotros. Nos parece que nos conocemos un poco y por tratarse de la primera participación en el Colectivo la diplomacia jugó un papel importante en este capítulo. Esperamos que en otra ocasión por lo menos preguntemos “¿Y tú por qué dices que nosotros somos modestos?” o ¿Quién te dijo a ti que yo soy bruto para la mayoría de las cosas que hago?”


Marvin también nos contó de Michael que lo conoce desde hace dos años y medio desde la biblioteca, es de los pocos muchachos serios del barrio, le descubrió que tiene una cualidad, pintar, y le dijo que se presentara a la Escuela de Bellas Artes, cosa que hizo porque ya está estudiando en ella. Michael es de Valencia (Córdoba), sí por allá mismo donde últimamente se desmovilizó uno de los bloques de las autodefensas.


Milton fue presentado por Manuel y Manuel fue presentado por Milton. Ambos viven en la urbanización Los Comuneros y participan en el equipo juvenil de comunicación audiovisual Griots Comunicaciones, Manuel como fotógrafo y diseñador gráfico y Milton como difusor de los videos. Se conocen desde hace un año. Manuel considera a Milton una persona seria y trabajadora. Milton considera a Manuel una persona sincera, inteligente y tímida. Manuel estudia diseño gráfico en la Escuela de Bellas Artes, el mismo sitio donde estudia Michael Artes Plásticas, y Milton cursó estudios técnicos en Investigación criminalística.


Todos mamamos gallo cuando Manuel dijo que Milton ya era padre y preguntó que si conocíamos a su esposa. Todos sabemos, incluyéndote a ti amigo Pedro, con quién comparte una nueva familia y un bello bebé nuestro compañero Milton. La misma mujer de la cual hemos hablado en párrafos y páginas anteriores, la responsable de que ahora seamos más los integrantes que las palabras del nombre provisional de nuestro Colectivo o de cualquier otro nombre permanente que nos inventemos, Dios sabrá cuándo. Milton y Yenifer tienen el reto de asumir responsablemente su papel de padre y madre de Luiyer sin perder de vista el camino que tienen que seguir recorriendo como jóvenes, hombre, mujer y como profesionales. Esperamos, desde cada uno de los espacios y momentos que compartimos, ayudarles a transitar este desafiante sendero que han decidido recorrer juntos.


Milton llegó a Funsarep por invitación de Yenifer y otra amiga hace 3 años, vino porque le interesaba los grupos y la danza folclórica, en ese tiempo apenas estaba empezando el trabajo de comunicación audiovisual.


Manuel tiene 17 años y en mayo cumple la mayoría de edad, su mayor cualidad es dibujar, según Milton. Se interesa mucho por ir al gimnasio, está moldeando su cuerpo, es una persona sana, no le gusta el problema. Tiene una familia numerosa con muchos tíos y primos, vive con sus padres y sus dos hermanos. Interesante cuando Milton se refiere a Mañe como una persona sana, remitiéndose no solo a que no está enferma sino también a que no tiene problemas con nadie, no le gusta las peleas, es feliz.


Carlos, coordinador del Proyecto de Formación y Desarrollo de la Ciudadanía Juvenil donde se ubica nuestro Colectivo en Funsarep, fue presentado por Alexander Neira. Tiene 33 años, la edad en que Cristo murió pero también resucitó, lo conoce desde hace 6 años, se graduó en Lingüística y Literatura en la Universidad de Cartagena. Alex reconoce a Carlos como una persona inteligente que sabe dónde está parado y de la cual él y muchos otros jóvenes han aprendido muchas cosas. Carlos tiene 2 hijos y vive ahora en el Paseo Bolívar. No sabe bailar, suele ser muchas veces introvertido, sufre de pena y es tímido. Es uno de los tantos tíos de Manuel y está desde el inicio de Funsarep hace casi veinte años.


De Marvin supimos mucho a través de Jorge. Se graduaron juntos. Es una persona tranquila, para que alguna vez lo veamos malgeniado tendría que pasarle todas las desgracias del mundo, vive con la familia. Su mamá y abuela trabajan en Funsarep. Jorge considera a Marvin una persona estudiosa, aunque ahora no está estudiando. Es aficionado a los videojuegos, la “heroína virtual” según Milton, quien aprovechó que la mayoría gritamos que también somos aficionados a los videojuegos para hacer este apunte. Como a todos nos gusta jugar a maquinitas, play station y esas vainas, en otro encuentro en la esquina Milton tendrá que profundizarnos esta idea de los videojuegos como una droga virtual y mortal.


Jorge se quedó pensativo cuando Alexander Neira le preguntó a quemarropa ¿qué significaba Marvin para él? El interrogante logró quemarle a Jorge no solo la ropa sino parte de su cuerpo, tanto que antes de responder tuvo que sacudirse la camisa para tomar aire y acomodarse bien en la silla. Quienes ya se habían presentado se alegraron que a Alex no se le ocurriera hacer esta pregunta antes. Jorge respondió que Marvin para él es uno de sus mejores amigos, por no decir el mejor. Son amigos desde el colegio y gracias a él llegó a alfabetizar en la biblioteca comunitaria Juventud por la Vida.


Michael también habló de José. Tiene 20 años, como camina con un estilo pausado lo sobrenombra “El Lento”. Vive en Canapote, estudia primer semestre de Derecho en la Universidad Rafael Núñez. Algo muy importante que dijo Michael de José es que este mira de una forma crítica al mundo y que ha cometido muchos errores que ha sabido superar. Estuvo en malas andanzas que lo llevaron a perder dos veces el noveno grado. “Por corrupto es que está estudiando derecho” apuntó Michael, antes de seguir contando que José vive con la mamá, el padrastro y un hermano, que le gusta el ocio y las armas y todo lo que tiene que ver con la milicia y los carros.


Será interesante poder hablar con José sobre su manera de ver el mundo con ojos críticos y en especial de ese mundo ligado a la milicia, los ejércitos y la guerra. Será muy importante que en el Colectivo podamos hablar y definir con qué tipo de miradas y enfoques estamos viendo el mundo y qué pensamos del militarismo, la guerra y el conflicto armado en nuestro país. Amigo Pedro, cuando abordemos esta reflexión seguro te la estaremos compartiendo en otra de nuestras cartas.


A Henry empezamos a conocerlo por medio de Marvin. Vive en Pablo VI Segundo, lo conoce a través de su novia desde cuando estudiaba en el colegio José de la Vega, fue uno de los mejores alumnos. Es un muchacho a lo bien y estudia actualmente en el Instituto Politécnico Colombiano, más o menos lo que estudió Milton, Investigación judicial.


De hecho son muchos los jóvenes que en los últimos años estudian estas vainas de investigación judicial, forense o criminalística a nivel técnico porque a nivel profesional ni pensarlo porque ni siquiera en Cartagena hay estos programas. La película CSI (Investigadores en la Escena del Crimen) debe estar incidiendo en algo para que muchos jóvenes estudien este tipo de carreras. Es emocionante ver en esta película a este tipo de investigadores, con sus investigaciones exhaustivas y equipos de última tecnología, resolviendo todos los casos en menos de 24 horas. Personas y equipos como estos son los que necesita nuestro país para que no haya tanta impunidad.


Manuel complementó a Marvin en la descripción de Henry, nos comentó que él cumple lo que dice, a veces tiene unos pensamientos con los que Mañe no está de acuerdo, como por ejemplo dejar de estudiar para trabajar. Los demás tampoco estamos de acuerdo, pero habrá que escuchar a Henry para ver por qué está pensando eso.


Como estamos en la antesala de la elección del Congreso de la República, de las muchas personas que pasaron a nuestro lado, extrañadas por nuestra forma de estar en la esquina, logramos escuchar a un par de mujeres que se decían entre ellas que lo nuestro era una reunión de políticos. La propaganda electoral pegada en el poste ayudó a que este comentario saliera de las apresuradas mujeres que peleaban contra el viento para que este no les levantara sus faldas. En parte las bellas damas no se equivocaron al señalar que lo nuestro es un encuentro político. Si estas mujeres se hubiesen detenido un poco o hasta sentado, les hubiéramos contado que no estábamos allí para escuchar la propuesta de un candidato o candidata al Senado o a la Cámara de Representantes sino para escucharnos a nosotros mismos como hombres que queremos seguir creciendo en una nueva conciencia de género. Y esto es también hacer política.


José lo único que sabe de Alexander Neira es que tiene una hermana muy simpática que estudió con varios de ellos. Alex les dijo que pierdan las esperanzas con su hermana porque ella ya está comprometida y hasta tiene un niño. Los pelaos que estuvieron y siguen pendientes de la hermana de Alex le respondieron y propusieron que ellos lo crían. Todos reímos. Interesante que el hecho de que una mujer haya tenido un hijo anteriormente, no sea un impedimento para construir una nueva relación amorosa desde estos nuevos jóvenes.


Carlos igualmente habló de Alex Neira, de él dijo que también llegó a Funsarep a alfabetizar en la biblioteca y luego pasó a los grupos juveniles y a ser animador de un grupo infantil. Ahora también anima este Colectivo de hombres jóvenes y hace parte del equipo de comunicación audiovisual Griots comunicaciones. Como si fuera poco integra una Comunidad Eclesial de Base y el Equipo de Teología Juvenil de Funsarep. Estudia Lingüística y Literatura en la Universidad de Cartagena. Habla poco, pero escribe muy bien, tanto que en esta semana el periódico El Universal le publicó en casi una página completa un texto titulado “Los jóvenes al servicio de la Paz”. Este texto de Alex Neira servirá de mucho a la hora de fijar nuestra posición como hombres jóvenes ante la guerra, el servicio militar obligatorio y la apuesta por la paz.


En el Colectivo ahora tenemos a dos Alex, Alexander Neira y Alexander García. Como a este último lo había presentado José junto a Jesús, Alexander y Michael todos consideramos que se tenía que hablar más cosas de él. Entonces Marvin tomó la palabra de nuevo. Alex García se graduó en el Instituto Rochy, un pequeño colegio ubicado en el barrio Palestina, le gusta el breakdance, una vez bailó en un grupo y lo hizo muy bien. Como Marvin dijo que quien más conoce a Alex o Tuti (Tú ti eres) es Michael, este nos contó que Alex vive en Pablo VI Segundo con la mamá y el padrastro, estudia Panadería y Repostería y está pendiente de ingresar al SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje). Es una persona de muy buen humor, aunque a veces es muy orgullosa y amargada, se amarga la vida el solo. Es una persona que se preocupa mucho por los amigos.


Amigo Pedro, así, poco a poco con lo que cada quien dijo del otro hemos empezado a conocernos un poco más quienes logramos estar en esta reunión. Aunque este ejercicio de responder ¿quiénes somos a partir de lo que los demás dicen de nosotros? no reemplaza al de contestar desde nosotros mismos, valió la pena hacerlo así para empezar porque las personas también somos lo que los demás piensan y dicen de nosotros, nos construimos como tal también a partir de la imagen que los demás tienen y cuentan de nosotros.


La propuesta es que en otros encuentros podamos seguir conociéndonos a partir de lo que cada quien piensa y dice de sí mismo, tenemos muchas noches para continuar con este ejercicio y otros más. Así mismo dispondremos de mucho tiempo para seguirte compartiendo nuevas reflexiones y acciones desde este Colectivo de hombres jóvenes que todavía no tiene nombre, pero sí nuevos integrantes.


Fraternalmente


Alexander García, Alexander Neira, Arlib, Carlos, Cristian, Henry, Jesús, José, Jorge, Manuel, Marvin, Michael, Milton, Ricardo, Víctor, Yair y Yorismel.